Estos días de aislamiento y de encierro en casa pueden hacer que prestemos más atención a ciertas conductas que antes pasaban desapercibidas. Suele ser frecuente que algunas personas hablen consigo mismas, sobre todo cuando no hay nadie alrededor. Este fenómeno se conoce como soliloquio, viene la palabra del latín soliloquium y significa hablar solo. Este tipo de conducta se puede interpretar como un síntoma de algún tipo de trastorno mental o de una manera de expresar pensamientos en voz alta. La costumbre de hablar solo puede ser considerada funcional en determinadas situaciones, por ejemplo, cuando se está solo en casa como una ayuda a la memoria (¿qué es lo que iba hacer?), como introspección o incluso como un mecanismo para afrontar la soledad. También, suele ser una conducta habitual en niños durante su crecimiento, ya que sin compañeros de juego es recurrente que juegan solos o que tengan amigos imaginarios.
El soliloquio implica un dialogo interno, en donde no se espera respuesta y se es consciente de que se está teniendo. En caso contrario, podría tratarse de alguna manifestación de trastorno mental como la esquizofrenia o un trastorno bipolar, especialmente si va acompañado de manifestaciones violentas, exageradas o ilógicas como gestos y movimientos fuera de contexto. En el caso de los niños, si el soliloquio conlleva balanceo corporal puede estar relacionado con un incipiente síntoma del espectro autista por lo que es aconsejable consultar a un profesional.
Además, no hay que olvidar que el soliloquio está presente en el día a día de los actores, cómicos o políticos debido a que lo utilizan para aprender sus guiones o monólogos, siendo esta práctica más común de lo que se cree.
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