En la actualidad, cada vez más vemos ofertas de empleo donde exigen como requisito la competencia de estar acostumbrados a trabajar bajo presión. En un mercado laboral cambiante donde se busca la polivalencia laboral, se vuelve necesario adquirir esa nueva capacidad para poder llevar a cabo el puesto requerido con éxito. En este sentido, la habilidad de trabajar bajo presión no es sino un buen manejo del estrés y una buena organización de tareas para conseguir los objetivos planteados en un entorno adverso.
Ante esto, muchos trabajadores se preguntan si trabajar bajo estrés afecta a la salud.
Si bien el estrés propio de una actividad puede conseguir mayor concentración, optimizando así tiempo y por ende logrando mayor beneficio y productividad, si se percibe de manera continuada y persistente puede desembocar en agotamiento mental y que derive finalmente en estrés laboral.
Afrontamiento del estrés
Parea poder sobrellevar el estrés, es fundamental conocernos a nosotros mismos y saber nuestras reacciones ante situaciones de estrés. Estas dependerán de nuestra manera de manejar las emociones y de cómo hemos aprendido a través de nuestras vivencias a lidiar con ellas.
Recomendaciones
Existen tips para poder sobrellevar el estrés de un trabajo bajo presión:
- Regulación de emociones: Se trata de la capacidad de regular el estado emocional, y por ende, nuestros pensamientos y conducta, para si poder conseguir una meta.
- Conocer tus reacciones ante el estrés. Distingue de tus reacciones las que sean una amenaza real frente a tareas o a alguna persona de las que son solo suposiciones.
- Planifica tu tiempo: organízate, priorizando la tarea más importante y urgentes de las que no. Emplea recordatorios (posits), prevé posibles contratiempos para estar preparados, etc. Esto hará que optimices tu tiempo mejor y que la sobrecarga sea menor.
- Saber decir no: Ante circunstancias de sobrecarga, saber delegar o decir simplemente “no” a nuevas demandas o requerimientos que nos sean viables en ese momento, facilitará tu atención en la tarea que debas realizar y la sensación de control sobre ésta.
- Técnicas de relajación: Existen ejercidos de respiración y estiramiento de músculos para liberar tensión y desconectar. La técnica de atención plena o mindfulness puede ser tu aliado en estos casos.
- Hábitos saludables: Realiza algún deporte, la práctica de un hobbie y el mantener una dieta sana favorece al equilibro físico y emocional de una persona.
- Saca provecho de los descansos: Utiliza los descansos como momentos de desconexión y de hacer actividades placenteras para ti. Esto hará que no se haga tan cuesta arriba retomar una tareas monótonas o no tan amenas que debas realizar.
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